El método Montessori tiene su valor diferencial en una metodología que promueve la atención a la diversidad.
Cuando aplicamos este método, respetamos el ritmo personal de cada alumno y, de este modo, propiciamos su evolución.
En el contexto del aula y de casa, es fundamental atender y ofrecer una respuesta pedagógica a aquellos niños con necesidades especiales.
Este método de aprendizaje, centra su pensamiento pedagógico en la importancia de crear un sistema que propicia el respeto a las necesidades educativas de cada niño.
En este contexto del aula, el niño vive un proceso de autoaprendizaje.
De este modo, el profesor se convierte en un mentor o en un guía.
Desde la perspectiva del Método Montessori, el adulto tiene mucho que aprender de las cualidades de los niños.